me tiene knockeada la magia que nos trae, este año y de forma excepcional, esta temporada virginiana:
tenemos tres lunaciones, en total; dos de las cuales son eclipses.
abrimos y cerramos season con dos de nuevas; la segunda, eclipse solar: domingo 21 de septiembre.
este fin de semana tenemos eclipse lunar: domingo 7.
¿Se puede creer que una gorra inspiró la creación de este artículo? Y me la compré. No es algo anti-natural o extraordinario, en mí, seguir señales cual chiquilla a una mariposa -a veces-, una abeja -otras- (tranqui, que de ahí se saca miel); casi que es mi pan de cada día pero, aún así, me parece gracioso mencionarlo como si lo fuera porque: lo que sí es, es representativo del significado de su titulo.
Escuché, una vez, a Alan Watts hablar de la fe como concepto opuesto a la creencia: mientras la segunda supone un apego, decía, por miedo a la incertidumbre que trae -consigo- el futuro, la primera implica libertad, por confianza ante su -aparente- caos. Un debate humano que se activa ante lo desconocido: entrega o resistencia.
Digamos que la creencia se impone cual orden prefabricado ante el caos: religión, cienciadelsigloXXI, un plan metódicamente preestructurado… La fe se entrega al caos; así, aprende de su orden.
Luego, ya, que cada uno haga con ese aprendizaje lo que le plazca; claro.
Leí, también y por ahí, a un tal Jaime Rubio que publicó lo siguiente: «si sabes exactamente lo que haces, no es tu camino; estás copiando el de otro. Tu verdad se sostiene en la incertidumbre. Cuando es tu camino, no tienes un mapa; no sabes si funcionará; no hay fórmulas exactas; no hay garantías, solo esa sensación de que es tu llamada. Tu camino no tiene guión; lo escribes mientras avanzas.«
Un poco al estilo «caminante no hay camino…» ¿verdad? Ordenar y reordenar lo que llega, a medida que un pie se coloca frente al otro; pequeñez a pequeñez; a través de cada ‘tontería’ que empieza por dar un micro-giro a nuestra vida: dejar el móvil en casa, recoger una carta del suelo, probar un nuevo shampoo, empezar a saludar al conductor del autobús, aplicar a una oferta de trabajo… o comprarse una gorra.
–A ver, Mar… solo es una gorra; no tiene tanta importancia
–Pero es que ¡le sorprendería lo extraordinarias que han sido las maravillas que me ha traído la vida, a través de lo que aparentaban ser nimiedades! Si van acompañadas de corazonada, siempre traen cosas más grandes
De momento, estoy escribiendo este artículo y no otro. Gracias.
la exquisita imperfección
Apuesto a que ya adquirió cierta notoriedad, la manía virginiana y su colmo llamado TOC (trastorno obsesivo compulsivo), por una de las grandes constantes de este mundo: la imperfección. ¿Sabía usted que la etimología de la palabra perfección implica la acción de dejar algo completa y totalmente acabado? Se refiere a la terminación.
Gracioso, puesto que -a su vez- hay una característica básica, en Virgo, relacionada con la productividad del día a día: la rutina; la utilidad; el seguir haciendo una y otra y otra vez, perfeccionando todo y a su paso. Hay que ponerlo todo en su sitio.
¿Qué haceres le daríamos, como input, a ese espíritu perfeccionista si no hubiera nada pendiente de acabar?, ¿si ya fuera todo como precisa ser? Su compañero de juegos y conflictos, por oposición (Piscis), interpretaría un extraordinario papel pues con elocuencia podría quedar dicha la mítica de «el todo es la nada y la nada es el todo«; porque como ya estaría todo hecho, quedaría nada por hacer.
Imagino un probable cocircuito mental en cada virginianx habido y por haber, que acabe leyendo estas palabras, porque ‘oh, oh… eso sí tiene sentido‘.
musa . . .
musa . . .
musa . . .
the high rate heartbeat
en español sería algo así como el latido del corazón a toda h*stia.
disculpe mi peregrinaje lingüístico;
a veces, encuentro más poética la expresión que usan en otro idioma.
Hay una canción catalana que dice «vamos muy bien si también te tiembla el pulso […] vamos muy bien: tenemos miedo«. Se llama la señal que esperabas (pero en catalán; obvio). Esa gente sabe de lo que hablo, en este artículo.
Puede tener cierta dificultad, para el cerebro humano que ha anclado unos deberes y lógicas -aprendidos durante años-, entender que: aquello que nombramos como azar, puede conducirnos hasta un desconocido lugar que sí tenga sentido. Comprendo el miedo que se vaya a levantar cuando sea ese empuje inevitable, de la vida, el que nos arrastre hacia esos lares; pero más aún cuando -siendo evitable- uno se plantee la posibilidad de tomar la decisión de: andarlos a consciencia.
El primero es accidental; muy fácil culpar a alguien o algo, si el resultado se considera desagradable; muy fácil caer en la tentación de dar media vuelta y volver a zona ¿segura? El segundo requiere de coraje porque el único responsable será uno mismo y esa sí es una carga pesada. Aquí es donde creo que Virgo y Piscis se pueden encontrar porque, aunque por razones distintas, el miedo será compartido.
Tengo esa teoría: que el camino trillado contiene un rebaño de gente auténtica y destacable que se convirtió en clon por miedo a asumir la responsabilidad de liarla parda; de sostener la imperfección y la incertidumbre. Más cargas pesadas. Supongo que supone demasiados posibles problemas a resolver y, eso, segurísimo que generaría cortocircuito en mentes, a la virginiana, y corazones, a la pisciana.
Porque, claro, ¿quién le asegura que esa corazonada obtendrá resultados agradables?, ¿será como se siente?, ¿causará algún daño?, ¿cómo c*jones se anticipa a repararlos si desconoce el camino?, ¿cómo asegurar que alcanzará la perfección?, ¿que podrá acabar lo que empezó, sin plan previsor?
[aquí es donde insertamos ese high rate heartbeat y que suele echarnos a todos pa’trás]
*hay que armar el corazón de fe y la mente de herramientas. No queda otra. Pa’ lo que venga. A ciegas. Esa es nuestra butxaca màgica del Doraemon, señorxs.
Hay muchos que decidieron entregar su vida a YouTube cuando era tierra perdida en la nada; ahora, su destino principal es tierra andorrana. Si escucha hablar a la mayoría de artistas que han alcanzado cimas, tienen el mismo discurso de base: la fe; la corazonada de poder entregarlo todo porque el azar les iba a beneficiar.
No es que echaran moneda a la fuente de la suerte y hasta luego; no es que hicieran nada; no es que se colgaran de una tirolina y permitieran al viento llevarles al otro lado: trabajaron, día a día; paso a paso, junto al azar. Haciendo camino, al andar.
chaos makes the muse
y esa es la frase escrita en mi nueva gorra.
puedo cambiar a la palabra guitarra, si ya le repatea el cerebro la otra.
también me la compré por corazonada aunque, bueno, esa tiene un poco más de historia.
Virgo y Piscis, aunque por razones distintas, son las energías más hipersensibles del zodíaco y resulta que este año ya empezaron a sostener uno de los eventos astrológicos más intensos: las temporadas de eclipses; temporadas de muerte y resurrección.
El concepto de eclipse gira entorno a Sol, Luna y lo que los astrólogos llamamos Nodos Lunares: un caminito celestial que lidera el Nodo Norte. No estoy tirando del hilo virginiano para que se acerque a Piscis de forma aleatoria; es que dicho Nodo se encuentra ahora en zona pisciana; a 180º exactos del Sur: ubicado en Virgo.
La muerte ha colmado mis últimos años: literal y metafóricamente. Doy fe, por experiencia in extremis, que el vacío de los finales deja espacio para nuevos comienzos: la vida llena de sorpresas lo que la muerte consumió. Al final, cuando el aforo está completo, pocas cosas más caben dentro ¿sabe?
Pero hay algo que siempre permanece: lo esencial. Persiste; se queda, de forma perenne, lo verdadero e indestructible. Esas cosas que siempre fueron, siguen y seguirán siendo porque son del ser; son de verdad y de forma infinita. Aunque les pase un camión por encima; aunque se ponga el mundo entero de por medio y del revés; aunque se luchen a la contra; aunque se nieguen con rotundidad; aunque se conviertan en diana de asolación.
Esas cosas que amábamos ya antes de conocerlas y sin saberlo y que, al encontrarnos con ellas, hinchan nuestros pulmones y aumentan la fuerza con la que nuestro corazón late. ¿Cómo no va a temblarnos el pulso, junto con la mera idea de hacerlas realidad?
De esas cosas emergen corazonadas. Ese es el camino a hacer al andar: fuente de vidas extraordinarias.
Así que le voy a preguntar, por si la suerte nos acompaña hoy: ¿hay algo que le persiga cual fantasma?, ¿una supuesta maldición, porque se repite y en bucle en su cabeza?, ¿un presunto imposible que le atormenta sus noches?, ¿un deseo que sigue echando a patadas, y fuera de su cama, cada mañana? Y, todo ello, pese a que ilumine su mirada.
Si mi vida hubiera sido distinta… si lo hubiera visto antes… si me hubiera atrevido cuando aun era joven… si tuviera el dinero… si tuviera el valor… ¿cuánto tiempo lleva rechazándolo?, ¿cuánto cambió su vida, mientras eso permanecía?, ¿cuántos finales experimentó, y sigue estando ello en pie?
Esa también es su musa y es el caos, quien la crea.
Mientras se decide, le dejo una meditación para acompañar la vibe del eclipse y aprovechar pa’ aniquilar lo asolable. Hay que hacer criba virginiana, compañerx, para que el elixir merezca su nombre y Piscis se cuele por su ventana.
Día 7. De septiembre. Eclipse lunar. En Piscis. Con el sol ubicado en Virgo. Me descubrió el canal una virginiana así que se puede fiar; aquí no hay falla. He, he.
En fin; yo me regodeo en esa energía pisciana que encarno, a través de mi Luna, porque esta temporada todo apunta a esas maneras pero todo es, siempre, de ida y de vuelta.
order makes the muse
Si ya integrada esa vibe pisciana, habrá que recordar su opuesta. Tampoco queremos colmar el mundo bajo el manto del desorden y quedarnos todos colgados de la tirolina: es más divertido cuando alguien nos empuja con diligencia, para que nos deslicemos agradablemente por ella; y se hace más relajado, si el espíritu virginiano ha asegurado el buen funcionamiento del mecanismo y en pos de no acabar estampados contra un árbol -como mínimo-.

Yo he estado ahí. Aun sigo quedándome ahí, de hecho: colgada de la tirolina, en muchas ocasiones. Lo adoro: amo ponerme los cascos y viajar a mundos que solo existen a mi otro lado. Sentirlo todo como si fuera real; real de palpable, porque se puede rozar con las yemas de los dedos, pero también adoro el agudo dolor que me supone curtirlas, día tras día, al pinzar cada cuerda de mi nueva guitarra. Todo, en pos de integrar la técnica y empezar a interpretar, yo, esas hermosas melodías que me alzan, siempre, cual cuerda a una bandera.
No habrá dolor, llámese este callos o miedo, que frene trabajo hecho en pro del corazón.
para criaturas tan pequeñas como nosotros, la inmensidad solo es soportable a través del amor (@la_inmortalidad1)
[ por supuesto, Alex Warren es un virginiano nacido el 18 de septiembre del 2000 ]
*dedicado a Felipe, un virginiano (con ascendente en Piscis) que me regaló una lectura de Carta Natal -para mi cumple y hace ya unos años-; y que de ese pequeño y detallista pormenor salió un cambio de vida, para mí, porque resultó ser -la astrología- una de esas cosas que se aman, ya, antes de conocer.
Felipe: sabes que sé que tú sí sabes de qué hablo en este artículo.


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