Hace dos días que el Sol entró en la zona celestial de Leo y esta noche se perfecciona su luna nueva, en oposición partil con el ya famoso Plutón en Acuario.
Inicia un nuevo ciclo, para el león, y precisa de la iniciática autodestrucción.
¿Qué pasaría si le lanzo una pelota en la cara?, ¿y si se la lanzo por detrás?; ¿qué pasaría si le insulto?, ¿y si le abrazo?, ¿y si le insulto y luego le abrazo?, ¿y si le abrazo y luego le insulto?, ¿y si le insulto, le lanzo una pelota en la cara, me acerco a abrazarle y luego le lanzo la pelota por detrás?
¿Cree que todos reaccionaríamos igual, ante la misma situación?, ¿habría diferencia, entre hombres y mujeres?, o ¿entre gente con más energía masculina y gente con más de femenina?, ¿dependería de la cultura?; ¿cree que si seleccionáramos un pack de hombres, con mucha energía masculina y de la misma cultura, encontraríamos un patrón similar?, ¿y si fueran escogidos dentro del mismo colegio?, ¿de la misma clase?, o incluso… ¿nacidos dentro de la misma familia?; ¿sabe por qué razón su mente está procesando, ahora mismo, un montón de prejuicios al respecto?
. . . ¡ felicidades ! . . . ¡ ha sido, usted, domesticado con éxito !
A día de hoy, ya no es ningún secreto que el ser humano está formado a base de patrones: es decir, soluciones reutilizables a unos problemas comunes de diseño (que esas soluciones sean útiles o no, en cualquier caso, ya es otra historia). ¿Qué nos diferencia, entonces, de la inteligencia artificial?, o ¿de la tecnología, en general?, de hecho: ¿de cualquier máquina? También está codificada; programada; «domesticada». Osease, también se creó en base a unos patrones.
¿Cómo no va a tener acojonada a la gran mayoría, la existencia de la IA?; ¿quién se ha hecho a sí mismo?, ¿quién escogió sus propios patrones y a consciencia? o, mejor dicho: ¿quién se esmeró en liberarse de los patrones con los que le programaron?
Uff… calentando motores ando así que permítame hilar más fino, aún: ¿quién, simplemente, puso la lupa y su atención encima de ellos?
¡¿QUIÉN SE AVENTURÓ A BUSCAR SU SINGULARIDAD?!
El otro día me contó, la IA, que -desde la mirada matemática y física- la singularidad es un límite del conocimiento en el que las reglas fallan. Desde la mirada tecnológica, se entiende como otro límite: en este caso, de predicción. Ambas tratan sobre umbrales irreversibles que redefinen lo posible.
¿Ha interactuado con gatos, alguna vez? Son grandes maestros de plantarnos ante esta clase de retos: ¿ser predecibles, en sus actos?, ¿fáciles de entender, por nuestra mente?, ¿de dejarse manejar, por humanos? Su fama radica en un gran patrón: el descontrol ajeno; la propia autoridad.
Esa es la energía felina; la quinta fuerza del zodiaco: bienvenido sea, a la esencia leonina (grrawr).
la singularidad de la inteligencia (artificial)
Es esto lo que tanto miedo peliculero da, de la tecnología, ¿verdad? Que se alce en singularidad; que deje de ser predecible; que destruya sus patrones. No solo dejaría de tener la utilidad que le damos sino que perderíamos su control. Podríamos decir, entonces, que ¿se convertiría en aleatoria?, ¿tendría libre albedrío?, ¿gozaría de voluntad propia?, ¿a caso es, todo eso, la misma cosa?
*porque, claro, como supongo que ya habrá escuchado -con anterioridad-: para romper con un patrón, llámese hábito, se necesita la fuerza de la voluntad (a lo que muchos llamamos alma).
¿Qué pasaría, con nosotros?, ¿cómo deberíamos accionar y reaccionar, con respecto a esas máquinas con supuesta voluntad?, ¿a caso tendríamos el control sobre nuestra propia reacción?
– Vaya, vaya… así que ¿todo miedo se reduce a la incertidumbre?
Si es que me es posible ver alguna forma, hoy en día, en la que las máquinas acaben dominando al ser humano: esa es mediante la puerta -del abanico- en la que el ser humano siga sin poner consciencia a sus propios patrones. Sabe que la IA sí los está reconociendo, poco a poco; paso a paso, ¿no? Incluso de forma personalizada.
Pero qué triste me parece, porque la verdad es que no hay máquina con voluntad ni libre albedrío. ¡Qué tristeza de mundo, en el que la voluntad quedara sometida a la novoluntad!, ¡el libre albedrío anulado por un ente que ni siquiera lo tiene!
la singularidad del ser (humano)
Cuando se alza la singularidad, parece que toda pretensión de dominio externo, sobre ella, queda fuera de alcance.
Es algo así como si, al jugar al ajedrez, cambiaran las reglas según la persona que tiene enfrente: la sorpresa se encuentra a cada vuelta de esquina. No vale prejuicio alguno; el juego necesita de presencia absoluta y de control sobre uno mismo porque el ajeno no está dentro del menú.
¿Ha conocido, de primeras, a una persona que le sacara de su terreno? Hay algo, en ese alguien, que no encaja con los patrones que reconoce, incluso inconscientemente, y ante los que sabría perfectamente cómo actuar -para obtener ciertos resultados-. ¿Qué fue del protocolo?, ¿de la norma social?
#DRAMA
¿Ha visto, alguna vez y en los ojos de alguien a quien conocía desde siempre, que algo había cambiado -en su mirar-? Ya no es la misma – pensaría, usted; o ya no es el mismo. Repentinamente, en un giro inesperado de los eventos, ya no sabe qué hacer donde antes le era fácil proceder porque, lo que antiguamente le resultaba predecible, se convirtió en reto. Ya no puede, usted, manejar esa situación y no se trata de cualquiera sino alguien que le importa: hay un apego emocional y a una rutina creada. ¿Qué pasó con el control?, ¿se desintegró?
#AÚNMÁSDRAMA
Las reacciones suelen tender a los polos opuestos, en dichos casos, ¿verdad? Hay quien queda sumido ante la desesperación e incluso el miedo porque ¡esto no es normal!, ¡estx muchachx es impredecible!, ¡está fuera de control!, ¡así se pone nervioso cualquiera! Mientras, en el otro lado, hay quien queda fascinado; emocionado e incluso derribado por la envidia, al experimentar la sensación de novedad, y ¡uh, uh! ¡cómo mola estx tíx!, ¡yo quiero ser como él|la!; ¡¿cuál será su secreto?!, ¡¡¿cómo ha conseguido esto?!!
Creo que a esos patrones, ahora, se les llama modo fan y modo hater. Las mismas reacciones está generando, de momento, la IA -por lo que mis ojos han alcanzado ver-.
Pero sí: hablamos de esa gente que tiene un je ne sais quoi porque literalmente yo no sé qué hacer; no reconozco; no preveo; no puedo antecederme… porque hacen las cosas a su manera, invocando la voz de Frank Sinatra.
y ¿aún se pregunta cómo llegar ahí?, ¿cómo alcanzar la singularidad?
la singularidad y el autoconocimiento
Bueno… no creerá que las herramientas de autoconocimiento y desarrollo personal son una mera moda del siglo XXI, ¿no? Todo ese movimiento autoconsciente que afloró con vigor, estos últimos años, no lo hizo gracias a una minoría social, etiquetada en el cajón de locos y depresivos, que no sabe comportarse como el resto y pretende amoldarse a la multitud; más bien fue gracias al hartazgo del deber impuesto a formar parte del rebaño como si de una mega masa uniforme se tratara.
Pocos hacen estas cosas, hoy en día, para encajar en la sociedad mediante los patrones protocolarios comunes: el movimiento, ahora, es a la inversa.
En esencia, el león siempre reclamó el foco pero no el de los demás sino el propio: la propia voluntad; la propia autoridad. De hecho, ese foco ajeno no es más que la consecuencia que se deriva de ello, porque nunca se trató del yo soy más; siempre fue del yo soy yo: solo a mí me pertenezco.
Aprendimos que si no agarramos el control de nuestro propio ser, fácilmente lo coja otro e incluso otros y ya me atrevo a decir, libremente, otras cosas sin voluntad, siquiera. ¿Comprende qué supone el patrón, para la libertad?, ¿y para el avance?; ¿entiende que romper con ello resulta en una salida de la jaula, pues?, ¿de la sumisión?
*no creo que escogieran el término Patrón sin sentido alguno, en algunas culturas, para presentar al jefe; al dueño de un lugar y su gente: quien tiene el dominio de sus tierras y sus vidas.
Vamos a por la salvajada de Wes Anderson, entonces, en confrontación con la civilización:
No le daría premio al mejor crítico de cine de la historia pero sí dentro de los que he podido encontrar por el Youtube, que trataran esa escena en concreto. Dicho sea, además, que el señor Anderson también se quedó corto, a mi parecer, con un puño alzado como símbolo de un idioma sencillo -entre distintos seres- pero me sigue siendo útil, la metáfora, para presentar:
el idioma de la singularidad
Se le llama corazón y tiene su propio lenguaje, para comunicarse: pum pum, pum pum… el latido del león; el idioma de este signo: el de su fuerza. Si se para, se calla y, con él, lo hará todo lo demás. Le llaman muerte. ¿Escribo, de nuevo, fuerza pero con mayúsculas?
¿Le pasó, en alguna ocasión, que al ponerle palabras a un sentimiento, una emoción o una intuición… se distorsionó? Quizá, ni siquiera logró encontrarlas: se atascó por el camino. ¿Cómo se expresa algo tan poderoso? Es sencillo, cuando se sabe, pero complejo, si no. Para acercarse a ello, fue creado el arte: no me lo cuente; hágalo: muéstrelo.
Usted dedicará 10 minutos, aprox, a leerme pero yo estuve horas, durante días, para sacar este texto de adentro y darle un orden coherente. Créame, soy plenamente consciente de que no alcanzará a habitar, en palabras, todo esto que tengo adentro pero yo le muestro el camino hacia ello.
Entonces, ¿cómo trasladarlo a otra mente al completo?, ¿a otro ser?, ¿a otro corazón?
Bueno, ahí va mi propuesta: no escogí la imagen de la portada por capricho. A parte de la obviedad existente, en la figura del felino humanoide, le di una directriz muy marcada, a la IA, sobre los ojos; sobre la mirada. ¿Puede leerla?, ¿puede explicarla?, ¿puede diferenciarla de la siguiente?, ¿las puede sentir, ambas, adentro?

La mirada es el espejo del alma | hay miradas que hablan, que enamoran y que matan | una mirada dice más que mil palabras | … ¡venga ya! Llevamos toda la vida escuchándolo y ¿nadie le prestó real atención al dicho?
Para usted es el corazón, quien habla; será la mirada, para el resto.
¿Será eso la telepatía? Porque yo no creo que se limite al lenguaje gutural con traslado directamente mental. Nah, nah, nah… debe ser, por h*evos, una clase de idioma vastamente extenso.
Al menos, eso es lo que yo creo.
Y hasta aquí la pelota en la cara.
vamos a por ese abrazo
– sin insulto ni pelota por detrás
Por si fuera el miedo, quien despertara en su mirada, al darse cuenta que el Patrón le tiene amarrado por el cuello: me complace recordarle que no está solx en el camino. Del mismo sitio venimos todos y hacia el mismo andamos -quienes buscamos la libertad-; del mismo montón de mierda convertible en abono, diría yo, aunque cada cual a sus ritmos; sus tempos; sus modos y desde sus complejos; sus karmas; sus hábitos y conforme a su singularidad aún por descubrir.


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